VIGO,
España - El Atlético de Madrid selló su clasificación directa para la próxima
edición de la Liga de Campeones después de superar con claridad a un Celta de
Vigo (1-3) al que sólo un milagro le salvará del descenso de categoría.
Revive el Celta vs. Atletico de Madrid
Simeone
salió con todo en Balaídos. El argentino sólo reservó al renqueante Arda Turan.
Su obsesión en este curso era la clasificación directa para la próxima edición
de la Liga de Campeones, objetivo que los rojiblancos no lograban desde la
temporada 1995-96, la del histórico doblete.
Y
lo consiguió a falta de tres jornadas para el final de la liga, lo que le permitirá
ahora centrarse en la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid, donde
buscarán romper otro reto mayúsculo, derrotar al eterno rival.
Fiel
a su estilo, el Atlético fue un bloque compacto y sólido defensivamente pese a
que el Celta, volcando el juego hacia la banda del internacional argentino
Augusto Fernández, logró encerrarlo en su campo en la recta final del primer
acto.
El
equipo gallego, que se jugaba la vida en el duelo, tuvo dos buenas
oportunidades para marcar en la primera parte. En la primera, el belga
Courtois, que batió el récord de imbatibilidad a domicilio de Abel Resino con
680 minutos, se lució ante Krohn-Dehli; en la segunda Augusto desaprovechó un
balón muerto en el área pequeña tras un saque de esquina.
Pudo
marcar el Celta pero también el Atlético en el primer periodo. Sin el turco
Arda, los rojiblancos perdieron creación pero ganaron rapidez en ataque con
Adrián, quien en el minuto 30 desaprovechó una gran asistencia de Radamel
Falcao.
Pero
éste Atlético no necesita generar muchas ocasiones para marcar. En el primer
minuto de la reanudación, Diego Costa enmudeció Balaídos tras un saque de
esquina. El brasileño, que volvió a firmar una actuación sublime, no tuvo
piedad de su ex equipo.
El
Celta pudo engancharse al partido poco después, pero Krohn Dehli mandó fuera un
rechace de Courtois cuando parecía imposible fallarlo. Perdonó el conjunto de
Abel Resino y el Atlético no tardó en matarlo, con un disparo desde la frontal
de Juanfran que se envenenó tras tocar en un defensor.
En
los últimos minutos, los rojiblancos bajaron una marcha y el Celta logró un
suspiro de ilusión con un tanto de Augusto Fernández, aunque rápidamente Falcao
mostró su enorme calidad, primero sentando al central Vila y después fusilando
a Javi Varas.

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